Academia de Ciencias Matemáticas, Físico-Químicas y Naturales


Cierre del acto de ingreso en la Academia como Académico numerario del Ilmo. Sr. D. Juan Luis Ramos Martín realizado por el Excmo. Sr. Presidente de la Academia




   Excmo. Sr. Presidente de Honor de la Academia,
   Excmo. Sr. Presidente de la Sección de Naturales,
   Ilma. Sra. Secretaria de la Sección de Naturales y hoy Secretaria General accidental de la Academia,
   Ilmo. Sr. Olivares Pascual, hoy Padrino de nuestro aspirante,
   Ilmo. Sr. Ramos Martín, ya flamante Académico,
   Ilma. Sra. Directora de la Estación Experimental del Zaidín,
   Excmos. e Ilmos. Sras. y Srs. Académicos,
   Familiares y amigos del nuevo académico,
   Señoras y señores:


   Sentencia un dicho popular plasmado en nuestro refranero que "Es de bien nacidos ser agradecidos" y, si eso es así, convendrá este auditorio conmigo en considerar la alta alcurnia que se debe asociar a nuestro nuevo académico; ALCURNIA, precioso vocablo de origen árabe clásico ( "Kunyat") que evolucionó hacia el árabe hispánico ("Alcurnyá) y se consolida en nuestro idioma como "Alcurnia", viniendo a hacer referencia al linaje, la estirpe o la excelencia.
   Alta alcurnia y mayor excelencia deben adornar a nuestro flamante compañero ya que su discurso de ingreso, con el que nos ha deleitado e ilustrado, lo conforma en muy buena parte del mismo como un sentimiento noble, muy noble, de gratitud. El agradecimiento expreso a todos y cada uno de sus maestros, de sus compañeros, de sus discípulos, de sus auxiliares incluso, es continuo en la primera parte del mismo y se ramifica, una y otra vez, en la segunda llegando incluso al colofón donde termina agradeciendo a su esposa e hijos todo lo que han supuesto en su "maratón científico", terminando por reconocer a "pseudomonas" como la hermana pequeña de la familia.
   Pero, tal vez, lo que más me ha llamado la atención de su parlamento es la forma con la que plasma esos agradecimientos; lo hace con sencillez, de forma directa y fluida, fresca diría yo, sin retorcimientos en definitiva. Y digo esto porque uno, a fuerza de analizar manifestaciones, tanto orales como escritas, durante su ya larga vida académica, ha terminado por tener que acostumbrarse a leer entre líneas si trata de extraer la esencia última de muchos pronunciamientos, (¿Qué estará queriendo decir?, nos preguntamos con frecuencia) pues abundan en demasía las segundas intenciones, las comunicaciones enmascaradas, las falsas ideas, etc. Al respecto me viene a la memoria un poema que leí hace tiempo titulado "La despedida del monje" y del que no he podido refrescar ahora su autoría, si es que es conocida, pues quiero recordar que posiblemente sea anónimo , y que decía, de eso si me acuerdo:

Todo el mundo viva bien
y sea bueno sin tasa,
que hay algunos aquí en casa
que dicen lo que no ven
y cuentan lo que no pasa.

   Juan Luis Ramos huye en su discurso, yo lo veo así, de estos retorcimientos, y, posiblemente sin proponérselo, muestra su gratitud de una forma abierta a todos los que con él han colaborado, haciendo referencia explícita a sus logros y a las implicaciones que los mismos han tenido en el historial científico que él ha conseguido a lo largo de su carrera profesional.
   Y es que, queridos compañeros, hoy integramos en nuestra nómina a una persona que yo me atrevo a considerar de excepcional en todos los sentidos y que, además, viene de la mano de un académico ejemplar por el que esta presidencia siente un profundo respeto, admiración y, si él me lo permite, cariño, D. José Olivares Pascual, gran científico y, si cabe, mejor persona, que viene demostrando desde siempre que sabe muy bien lo que es y lo que significa ser académico.
   Yo discrepo profundamente de lo que nos ha manifestado antes en su Laudatio sobre la idoneidad de su elección para realizar la tarea de defender el curriculum de nuestro nuevo académico, y discrepo porque entiendo que difícilmente se podría haber encontrado otra persona que pudiera conocer mejor la trayectoria científica y, por qué no, humana del Prof. Ramos, y, a su vez la esencia de nuestra Institución, pues ha sido, por un lado, "juez" en todos los acontecimientos que han tenido que ver en la promoción profesional de aquel, para terminar siendo su compañero y hoy introductor del mismo en nuestra querida Academia, y, por otro, es uno de los miembros de mayor solera de la misma, por lo que la conoce muy bien.
   Yo te agradezco, querido compañero, tu magnífico discurso de defensa, y dentro de él, el recordatorio que haces al neófito sobre lo que debe significar ingresar en esta Institución, amén del profundo conocimiento que posees del tema elegido por el nuevo académico y que se pone de manifiesto en tu intervención.
   Me ha llamado, y mucho, la atención tu idea sobre las cualidades que se requieren para ser un buen científico: La inteligencia, la imaginación (en esto coincides bastante con Davy como tú mismo dices y también con Einstein) y, como aportación personal tuya, "el espíritu de superación". Todo esto lo comparto contigo, pero déjame que añada algo de mi cosecha: "La humildad". Humildad que entiendo, después de oír su discurso y el tuyo, que abunda en ambos. La ausencia de humildad en el científico, pienso que termina siempre por convertirse en dogmatismo, el cual no es un buen aliado en Ciencia, pues, como decía Voltaire:"La ignorancia afirma o niega rotundamente; la Ciencia duda".
   Por otro lado, aunque comprendo tu planteamiento cuando dices que en investigación no existen medallas de plata ni de bronce, basándote en el espíritu de superación necesario para triunfar en este terreno, yo creo que nuestro ya compañero comparte conmigo la idea de no olvidar nunca a los "otros niveles" y, tal vez por ello, hace una relación exhaustiva de sus colaboradores así como una referencia, también exhaustiva, de sus contribuciones. Yo creo que en la investigación actual, sobre todo en ciencias experimentales, los equipos de investigación son hoy en día la estructura fundamental, y en ellos aparecen, quién lo duda, "los primeros" como cabezas visibles, responsables, organizadoras, planificadoras, etc. pero también los segundos y los terceros y... más. Yo interpreto que Juan Luis Ramos se escuda en un orden alfabético muy bien aprovechado para aparecer como el miembro ciento y pico de una relación de más de 160 personas que integran el que sin duda es "SU" actual grupo de investigación y, si eso no es humildad...
   Pero, como decía, entiendo tu planteamiento en el sentido de espíritu de superación, lo que creo que es la raíz del liderazgo y, sobre todo, me impresiona la sinceridad con la que plasmas esta idea; la sinceridad es algo que, según lo veo yo, te caracteriza y que siempre te agradeceré, pues, como decía Warren Buffet:"La sinceridad es un regalo muy caro y no cabe esperarlo de gente barata".
   Y es que, querido auditorio, hoy nos encontramos ante un "recluta académico" y un "veterano padrino" que, a uno por las experiencias de vida conjunta y al otro por lo oído hoy aquí, amén de la información recabada de sus próximos, les caracteriza su sinceridad, y no solo en la expresión sino también en la condición y a mí personalmente este tipo de "gentes caras" me atraen mucho, ya les decía al principio que al final de una larga trayectoria profesional uno termina cansado de "tener que interpretar". Al respecto leí hace tiempo una frase, que ahora no recuerdo de quién era, con la que me siento totalmente identificado y que decía: "Me caen bien las gentes que hablan tres idiomas: el de frente, el directo y el sincero".
   Hoy, querido ya compañero, das un nuevo paso en ese maratón al que tú mismo haces referencia en tu discurso, el que, por otro lado, y de acuerdo con la definición que haces de pseudomonas, espero que me permita este auditorio la frivolidad de decir que "te ha quedado hecho una monada", integrándote en esta Academia; no es un paso con repercusión económica, ni siquiera en este caso algo muy cuantitativo en un currículum que a estas alturas está ya más que consolidado, pero sí es algo, según lo veo yo, cargado de significación. Las Academias son Instituciones muy nobles cultivadoras del conocimiento y con una muy alta proyección social cuyo fin primordial es precisamente el cultivo, fomento y difusión de la Ciencia y sus aplicaciones en general, aunque, como proyección social, tienen la obligación de atender las consultas que las instituciones les dirijan sobre temas de su competencia.
   Vienes de la mano, te decía, de un insigne académico, tu hoy padrino. y arropado por la memoria de otro académico insigne que ya nos abandonó, José Miguel Barea. En tu formación aparecen nombres de gran solvencia científica y calidad humana tales como, entre otros, Losada, García Guerrero, Robson, Timmis (que te definió como su postdoc más brillante), etc., que avalan una formación muy sólida.
   En lo que podríamos denominar tu etapa de consolidación como "Hombre de Ciencia", se engloba un equipo impresionante de más de 160 personas, formadas contigo unas y colaboradoras otras.
   Tienes en tu haber un altísimo número de publicaciones científicas, tesis doctorales dirigidas, comunicaciones a congresos, premios de investigación de primera línea, y un largo etcétera de contribuciones científicas.
   Todo esto nos hace pensar que hemos hecho una buena elección al aceptar la propuesta de la Sección de Naturales iniciada por tu hoy padrino.
   Entras a enriquecer nuestra Institución y ella ahora te pide solamente generosidad, generosidad en el sentido de proyectar tu vasta formación hacia la sociedad, pero sin pedir nada a cambio o, tal vez solo el reconocimiento asociado al orgullo de poder llevar a gala “ser académico”, pues la sociedad ya te ha dado mucho en el sentido de estabilidad profesional, medios, proyección social, un buen sueldo (ciertamente mejorable, pero bueno), etc.
   Ahora se te pide proyección sin remuneración y eso puede parecer demasiada exigencia, pero te puedo garantizar que no es así, pues entras a integrarte en un colectivo que, en la mayor parte de los casos, es consciente de que ahora debe devolver a la sociedad algo, al menos, de lo mucho que la sociedad le ha dado, y ello sin más objetivo que el de “hacer las cosas por las cosas sin esperar recompensa”, como diría nuestro anónimo poeta parafraseando a Seneca.
   Una sociedad que necesita, y mucho, la colaboración de personas que, como tú, conocen los problemas que la azotan y las amenazas que la acechan, máxime en tiempos como los que corren donde nuestra naturaleza se resiente, cada vez más, de las consecuencias de la mal llamada sociedad del bienestar, y, en ese terreno, un especialista en biorremediación no solo tiene mucho que decir sino mucho que hacer.
   Y ya termino, queridos compañeros, y lo hago felicitando a nuestra Academia en primer lugar y a todas las personas que se encuentran ligadas a este acto, pero especialmente a Estrella, tu esposa, y a tus hijos Juan Luis y Estrella, sin olvidar a tu padre que, como el mío, era miembro de la benemérita y ambos nos abandonaron prematuramente, a tu madre y a tu hermana, también partícipes de tus éxitos y sufridoras de tus dificultades, y, por supuesto a las pequeñas de la familia, las pseudomonas.
   Muchas gracias a todos por su atención.
   Se levanta la sesión.